plano de la casa de Samsa,

plano de la casa de Gregor Samsa, por Nabokov

miércoles, 2 de septiembre de 2009

"carmen et error"-el misterioso "error" de OVIDIO

Quizás nunca se aclare porqué el César Augusto castigó con suma dureza al poeta Ovidio so pretexto de que su poema("carmen") Ars Amandi, incitaba a las mujeres casadas al adulterio; fue un decreto fulminante del emperador, con ausencia de un juicio ordinario,y por el que aun conservando sus bienes, permaneció relegado a la feroz y lejana tierra de el Ponto siniestro, desde la que escribe las Tristia (Tristes) y las Epistulae ex Ponto (Cartas del Ponto), en las que el dolor y la impotencia ante la injusta decisión, alcanzan unos niveles insoportables.

El "carmen" no fue el "error" y Ovidio lo reitera inútil y desesperadamente hasta sus últimos días, presintiendo que nunca volvería a Roma, "voy morir en aquella tierra ignota", como así fue.


>"Prohibe el derecho que nadie nacido de sangre latina
sufra extranjera prisión si el César a salvo está.
Aunque me perdieron dos faltas, error y poema,
la culpa de una acción debo en silencio guardar:
no soy yo quien para abrir otra vez tus heridas, oh César,
al que es gravísimo ya haber dañado una vez.
Queda la otra, la cual, juzgándome por mis lascivos
cármenes, del adulterio lúbrico me hace mentor.
Lícito es, así pues, que algo escape a los pechos celestes,
y hay mucho asunto menor que tú no puedes saber,
y como Jove, que cuida a la vez del cielo y los dioses,
no tiene tiempo de ver cosas de menos valor,
tal, mientras miras en torno del mundo de ti dependiente,
cualquier otra nimiedad se escapa de tu atención.
¿Príncipe tú del poder, acaso, dejando tu puesto,
ibas mi obra a leer hecha con un metro impar?"

[...]

"No puedo, en fin, esperar salvación ninguna, a la vista
de que no es crimen cruel el que mi pena causó.
Yo no pedí la cabeza del César, cabeza del mundo,
con la intención de arruinar todas las cosas jamás;
ni nada dije, ni fue al hablar mi lengua excesiva,
ni el mucho vino razón de profanar con mi voz:
porque ignorantes mis ojos miraron un crimen, me culpan,
y haber tenido ojos es mi pecado, así pues.
No puedo defender, en verdad, entera mi culpa,
pero de mi crimen gran parte la tiene el error.
Queda, pues, la esperanza de hacer que él mismo mitigue
el castigo, a condición de que me cambie el lugar.
¡Ojalá traiga esta aurora sin sujetar su caballo
el albo Lucifer*, nuncio del nítido sol!"
>

*El "lucero del alba"

Trad. Rafael Herrera Montero, Tristes Cartas del Ponto.Ovidio-para Alianza editorial

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