plano de la casa de Samsa,

plano de la casa de Gregor Samsa, por Nabokov

martes, 16 de octubre de 2007

17 de octubre de 1921 - Diarios de K.KAFKA



Foto: Helen Levitt


Tras los hechos de que no he aprendido nada útil y de que también físicamente (todo va junto) me he dejado decaer, puede existir una intencionalidad. No quería que nada me distrajera, no quería ser distraído por la alegría de vivir de un hombre útil y sano, ¡como si la enfermedad y la desesperación no le distrajeran a uno, al menos tanto como la alegría de vivir!

Podría redondear estas ideas de un modo diferente y darle un giro a mi favor, pero no me atrevo a hacerlo y no creo -por lo menos hoy y tampoco la mayor parte de los días- en ninguna solución favorable para mí.

No envidio a un matrimonio concreto, envidio a todas las parejas matrimoniales, y aunque sólo envidie a una sola pareja, envidio propiamente toda la felicidad matrimonial en su infinidad de formas; pero yo, aun en el más favorable de los casos, me deseperaría en la felicidad de un matrimonio ideal.

No creo que haya gente cuya situación interna sea semejante a la mía; sin duda puedo imaginarme gente así, pero no puedo imaginar ni remotamente que, en torno a sus cabezas, vuele constantemente este cuervo misterioso que vuela en torno a la mía.

La destrucción sistemática de mí mismo en el curso de los años es asombrosa; ha sido como la lenta fractura de un dique, una acción premeditada. El espíritu que la ha provocado debe de esar ahora celebrando su victoria; ¿por qué no me permite compartirla? Aunque también es posible que no haya llevado a cabo lo que tiene premeditado y que, por esta razón, no pueda pensar en otra cosa.



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