plano de la casa de Samsa,

plano de la casa de Gregor Samsa, por Nabokov

miércoles, 31 de octubre de 2007

Ghost dance- Native American Sioux dance 1894



- Images of Pine Ridge Reservation


- Wounded Knee


- Wounded Knee - Occupation '73




YouTube - sacred spirit




YouTube - Native American Music/Spirit Wind 07





YouTube - native spirit festival


YouTube - A Native American Indian song



YouTube - *~*Native American - Dawah ( Cradle Song )*~*


YouTube - song of earth native american




EDAFOS: menos dos.-C.Blázquez


Sicilia-Ángeles Gil


Edafos.[menos dos: (-2)]

La niñez de un poeta reclama un ámbito afín; éste no suele existir y es por ello que el niño torna carcelero de sí, guardián celoso de conglomerados, audio-visuales sobre todo, y propioceptivos, que aun sobrepasándole, obedecen a su voluntad, y como él guardan silencio, hasta que por fin, un buen día la voluntad desaparece bajo aquel tesoro escondido; como el horror de Dunwich* abandona el piso superior y ...

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C.Blázquez (de Las paredes hablan)
*relato(1928) de H.P. Lovecraft

martes, 30 de octubre de 2007

30 de octubre de 1921-Diarios de F.KAFKA

Galería de grabados-M.ESCHER-(litografía)


30 de octubre de 1921. Por la tarde, en el teatro, Pallenberg.

Mis posibilidades íntimas para (no voy a decir la descripción o la interpretación de El avaro, sino para) ser el avaro mismo. No sería necesario más que un gesto rápido y decidido y toda la orquesta miraría ya fascinada el lugar donde se alzaría la batura sobre la tarima del director.

Sensación de total desamparo.

¿Qué te une a estos cuerpos bien delimitados, parlantes, que abren y cierran los ojos, más íntimamente que con cualquier otra cosa, por ejemplo la pluma que tienes en la mano? ¿Acaso el hecho de que seas de su misma especie? Pero tú no eres de su especie por el simple hecho de haber formulado ya la pregunta. La exacta delimitación del ser humano es abominable. Lo curioso, lo inextricable de no haber perecido, de lo que me guia en silencio, linda con lo absurdo: "Por mi parte, estaría perdido hace mucho tiempo." Por mi parte.





Este vivir-C.Blázquez

Este vivir, ¿puede vivirse este vivir sin la pregunta?
Este vivir resúltame tan sólo una pregunta.
Y pregunto pues, a la pregunta:¿ pudiérase vivir sin la pregunta?

Y me responden otros, ellos: Sí; unos pocos se hacen la pregunta pero viven, y los que no se hacen la pregunta viven también.

Y me digo: Los que viven con su pregunta, ¿viven?, si acaso viven, mas no como los que viven sin pregunta.

Y ya, mucho o poco después, con la lucidez más involuntaria en caminos que no he abierto yo, me encadeno a la pregunta como el único modo de seguir viviendo. Quizás la certidumbre no esté lejos, y no sólo eso, sino que está acercándose, pues es ella la que tiene el movimiento, ella vendrá a mí, a la encadenada.
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C.Blázquez (de Líticas autointuiciones)


lunes, 29 de octubre de 2007

thiomargarita namibiensis-la bacteria más grande del mundo

Thiomargarita namibiensis-Perla sulfurosa de Namibia




Thiomargarita namibiensis junto a drosóphila(mosca)


Visible para el ojo humano, sin ayuda alguna, la recientemente descubierta bacteria Thiomargarita namibiensis es sin duda el organismo procarionte (células sin verdadero núcleo diferenciado) más grande conocido. Las bacterias han sido descubiertas en el curso de una expedición oceanográfica a bordo del navío ruso 'Petr Kottsov', en sedimentos muestreados frente a las costas de Namibia. Se trata de una sulfobacteria que utiliza en su metabolismo los sulfuros que se producen en el fondo marino, así como los nitratos que toma del agua en un proceso anaeróbico. Sorprende dado su tamaño que no hubiera sido detectada previamente por los biólogos marinos, pues las células de forma esférica llegan a alcanzar en ocasiones 0,75 mm., siendo su tamaño normal de 0,1 a 0,3 mm. Se encuentran en número elevado en los sedimentos costeros de la Bahía de Walvis, tienen un aspecto blanquecino debido al acúmulo de gránulos de sulfuros en su interior, que reflejan la luz incidente. Las células se mantienen unidas en largos filamentos gracias a una sustancia mucilaginosa. Su nicho ecológico son los fangos pobres en oxígeno pero ricos en nutrientes, en especial sulfuro de hidrógeno, que resulta letal para muchos otros organismos. Según sus descubridores del Max Plank Institute for Marine Microbiology (de Bremen), la mayor parte del citoplasma de esas bacterias está ocupado opr una gran vacuola, donde se almacenan los nitratos usados por las bacterias para oxidar el sulfuro. Se han medido concentraciones de nitratos en las vacuolas 10000 veces superiores a las del agua marina del entorno.

Sombrillita de Venus-La célula más grande del mundo


domingo, 28 de octubre de 2007

Teratología sonora - M. Á.LVAREZ FERNANDEZ



TERATOLOGÍA SONORA
LA ALTERACIÓN TECNOLÓGICA DE LA VOZ COMO RECURSO ESTÉTICO

Miguel Álvarez Fernández
Dpto. de Historia del Arte y Musicología, Universidad de Oviedo


Resumen

A través del comentario sobre tres fragmentos cinematográficos (procedentes de “El último tango en París”, “El hombre elefante” y “2001: Una odisea del espacio”), se analiza el papel de la voz en relación con los conceptos de animalidad y tecnología, y como elemento vertebrador de la subjetividad humana. Las alteraciones de la voz producidas mediante el uso de diferentes tecnologías provocan modificaciones paralelas en la identidad del sujeto que articula esos sonidos. En ciertos casos, esas transformaciones apuntan hacia lo monstruoso, entendido como caso límite en el que lo humano se entremezcla con lo animal o lo tecnológico, apartándose de los modelos de subjetividad tradicionales. Finalmente, se intenta analizar la relación entre los medios electroacústicos, la situación de escucha acusmática, y la voz alterada, así como la conexión entre todos estos elementos y la noción de monstruo.

Proyección I: “El último tango en París”

Una media hora después del inicio de El último tango en París, y tras la potente elipsis desencadenada por el sonido de la bragueta del personaje interpretado por Marlon Brando, él y Jane Eyre (María Schneider) aparecen desnudos y abrazados sobre un colchón tendido en el suelo, balanceándose levemente mientras la música, que ha servido de puente con el plano anterior, desaparece. Comienza entonces, con un suspiro del personaje masculino, un breve diálogo en el que los dos amantes ejercitan su capacidad de controlar el cuerpo con la mente, sin éxito. Tras ello, a Jane Eyre se le ocurre una idea: “Tendré que inventarme un nombre para ti”. El personaje de Brando responde: “¿Un nombre? ¡Oh, Dios mío! Oh, Dios, durante toda mi vida me han llamado millones de nombres. No quiero un nombre. Prefiero un gruñido o un gemido en lugar de un nombre. ¿Quieres oír mi nombre?”.

A continuación, el mismo personaje inicia la emisión de unos sonidos guturales propios de algún primate. “¡Es tan masculino!” responde ella, antes de mostrarle el suyo, un sonido vibrante, entre el canto de un pájaro tropical y un toque de corneta mal imitado. Los dos amantes inician entonces un contrapunto de variaciones sonoras sobre sus nombres, extraños a cualquier idioma conocido, y muy próximos a los graznidos del pato que, en el plano siguiente (y con una brusquedad comparable a la de la elipsis que Bertolucci ya había empleado unos minutos antes), aparece en pantalla detrás de un micrófono.

Interpolación I: Voz, tecnología y animalidad

La imagen del micrófono junto a las aves que aparece al final de esta secuencia pone en relación dos conceptos, tecnología y animalidad, que Donna Haraway utiliza como referencias en su definición del cyborg (Haraway, 1989:139):
“El cyborg existe cuando dos tipos de fronteras resultan problemáticas simultáneamente: 1) la que separa los animales (u otros organismos) de los humanos, y 2) la que separa máquinas autocontroladas y autogobernadas (autómatas) de los organismos, especialmente los humanos (modelos de autonomía). El cyborg es la figura nacida de la interfaz entre automatización y autonomía”.
Estas imágenes de la película, que nos presentan micrófonos, grabadoras, patos, palomas y gallos, son necesariamente complementadas por otro elemento que une y relaciona a todos los demás, el sonido. No se trata de cualquier sonido: Tom, el novio de Jane Eyre interpretado por Jean-Pierre Léaud, registra los graznidos de esas aves con tanto cuidado como si estuviera grabando la más delicada de las voces.
La Política de Aristóteles nos asegura que la voz se da tanto en hombres como en animales. Ahora bien, sólo el hombre, entre los animales, tiene lenguaje, palabra, logos. ¿Qué son, entonces, esos sonidos, esos nombres proferidos por María Schneider y Marlon Brando? Sin duda se sitúan en los umbrales del lenguaje, en un terreno limítrofe entre el sonido y el sentido, cercano al que han intentado explorar numerosos poetas y músicos, especialmente a partir de las primeras vanguardias del siglo XX.1
La voz, además de ocupar la frontera entre lo animal y lo humano, y la que separa el lenguaje de lo que (aún) no es lenguaje, también actúa como límite separador y definitorio entre unos humanos y otros. De hecho, puede argumentarse que la voz conti-núa representando una marca de identidad privilegiada respecto a otras muchas que, debido a la aparición y difusión de ciertas tecnologías, han dejado de serlo.
Hoy el cuarto de aseo de un consumidor primermundista cualquiera puede albergar múltiples ejemplos de estas tecnologías, destinadas a alterar los que otrora fuesen rasgos inequívocos de nuestra identidad, además de elementos vertebradores de nuestra subjetividad. Desde lentillas de colores hasta tintes capilares, desde colonias y perfumes hasta cremas antienvejecimiento, por no adentrarnos en el dominio de la Viagra o los diferentes estimulantes, psicotrópicos y estupefacientes que el mercado pone a nuestra disposición, las posibilidades para negociar nuestra subjetividad parecen haberse multiplicado en las últimas décadas. Y todo esto en la esfera de la presencia más groseramente física, esto es, sin referirnos a los infinitos avatares y representaciones virtuales que podemos encarnar, o al menos asumir, en las redes telemáticas que cotidianamente transitamos.2
Sin embargo, la voz se resiste a ser maquillada. Desde el lobo que ingería claras de huevo para engañar a los siete cabritillos del cuento, poco hemos avanzado en lo que respecta a posibles modificaciones de la voz en el “tiempo real” de nuestras conversaciones cara a cara. Podría afirmarse que ello es la causa del todavía vigente carácter privilegiado de la voz como índice de nuestra identidad. Pero también puede pensarse que la fuerte vinculación entre voz e identidad no es sino la causa de que (aún) no dispongamos de tecnologías que posibiliten gestionar libre y simplemente aquélla para modificar apropiadamente ésta en cualquier momento y lugar.

Ello no quiere decir, ni mucho menos, que desde hace siglos no hayan existido tecnologías destinadas a alterar la generación o la percepción de la voz de determinados sujetos en ciertos momentos. Ya en tiempos prehistóricos, nuestros ancestros impresionaban a sus semejantes, alcanzaban estados de trance y escuchaban las voces de los espíritus ayudados por las condiciones acústicas de ciertas cuevas y refugios, que favorecían fenómenos de resonancia, eco y reverberación. Iégor Reznikoff (1995: 541-542) y Michel Dauvois han analizado “las cualidades sonoras de cuevas prehistóricas que podrían haber aprehendido y utilizado quienes las decoraron durante el Paleolítico Superior. […] El estudio ha tenido en consideración la conexión entre, por una parte, el lugar escogido para las pinturas rupestres y, por otra, la acústica de las cuevas, y particularmente los puntos con mayor resonancia”. Los espacios con estas propiedades acústicas fueron identificados utilizando la voz como fuente sonora. Primero se observó que “la mayor parte de las pinturas se ubican en los lugares más resonantes, o en su inmediata proximidad”. En segundo lugar, “en la mayoría de los lugares idóneos para las resonan-cias aparecen pinturas”. Finalmente, “ciertos signos sólo resultan explicables en relación con el sonido” (pp. 546-547).
Estas investigaciones revelan unas prácticas que, vinculadas en muchos casos a ritos religiosos, conforman una tradición que podríamos rastrear a través de lugares como el hipogeo de Hal Saflieni en Malta (construido alrededor del 3500 a.C.), 3 la sede del Oráculo de Delfos,4 los teatros -al menos desde Grecia y Roma-,5 los templos vinculados a las más variadas corrientes espirituales, o los espacios destinados a la escucha musical,6 incluyendo los desarrollos que han acompañado, en las últimas décadas, al rock.7 Y si, venciendo nuestro eurocentrismo, atendiésemos a otros continentes, también encontraríamos, desperdigados en el tiempo y el espacio, los más heteróclitos resonadores y técnicas de articulación vocal.

El análisis de los muy diferentes contextos en que se desarrollan estas prácticas, tan distantes y distintas entre sí, revela un dato de cierto interés. Resulta muy frecuente que estas alteraciones de la voz aparezcan vinculadas a lo que podrían considerarse alteraciones de la subjetividad, esto es, modificaciones en la identidad del sujeto cuya voz es alterada. Estos fenómenos de enajenación -que subrayan la importancia del vínculo entre voz e identidad que ya había sido mencionado-, al apuntar hacia los límites de (lo que entendemos como) la voz, también indican algunos límites de lo (que entendemos como) humano. En muchas ocasiones, ese límite de lo humano roza con lo divino; en otras, acaricia lo monstruoso.

1 Para un desarrollo más amplio de este tema, con análisis de obras de Marinetti, Hugo Ball, Hausmann, Artaud, Schwitters, Henri Chopin, Stockhausen, etc., véase Álvarez Fernández (2004).
2 Tampoco nos referiremos aquí a los sistemas informáticos que reproducen o sintetizan una voz humana, y que en los últimos años han experimentado gran desarrollo y difusión, especialmente en servicios de atención telefónica y navegadores para automóviles. Sobre este tema, véase Nass y Brave (2005).
3 Cf. Schafer (1977: 217-218).
4 Cf. Connor (2000: 47-74).
5 Cf. Wiles (1991).
6 Cf. Forsyth (1985).
7 Cf. Lacasse (2000), que incluye una brillante exposición sobre muchas de las prácticas mencionadas.


viernes, 26 de octubre de 2007

BLACK IS BLACK-LOS BRAVOS





Amor y muerte en los dibujos de Picasso-M.ZAMBRANO


Amor y muerte en los dibujos de Picasso (La Habana, 1952)

María Zambrano

Raro arte el del dibujo. Aparece como un regalo, que un gran artista nos ofrece cuando ya no esperábamos más de él, pues parecía haberlo dado todo; como algo con lo que no se cuenta y que llega "por añadidura" con el conjunto de una gran obra, y es que el dibujo pertenece a la especie más rara de las "cosas": a aquellas que apenas tienen presencia; que, si son sonido, lindan con el silencio; sin son palabras, con el mutismo; presencia que de tan pura, linda con la ausencia; género de ser al borde del no-ser.

Este género de "cosas" realiza la más generosa de las funciones; estar más allá y más acá, dentro y fuera de lo que es propiamente cosas. Y así, hacen posible que lo que es carne, cuerpo, aparezca. Tal el espacio, ausencia pura que permite todas las presencias. Tal la luz. Mas la luz es ya la forma en que la ausencia convierte en una presencia que, lejos de concurrir con los demás, las muestras, la hacer nacer. La luz puede alumbrarlo todo, porque es la primera manifestación de ese ser tan cercano al no-ser, que no es ni esto ni aquello: la nada creadora. Alcanza la verdadera creación, su obra lleva la marca de haber sido hecha por nadie y la personalidad de su autor casi desaparece. La personalidad creadora en su grado máximo linda también con el no-ser, como todo lo que ha apurado el penoso caminar del ser… y entonces se es un santo, un héroe o un "clásico". Y es el escalofrío que sacude al espectador de estos dibujos de Picasso, un contemporáneo, habituados como estamos a mirar el clásico como alguien irremisiblemente despreciado. Del tumulto de la vida, de la actualidad, Picasso para ya para nosotros, sus contemporáneos, a ser uno de los clásicos de nuestra época; un viviente a salvo ya de la vida.

Ante estos dibujos sentimos el misterio del dibujo, de la línea que, además de ser la luz haciendo aparecer a la sombra, es trazo en el espacio de la nada. Trazo; cifra. Trazo dejado por la vida en su transcurrir; cifra de unas extrañas nupcias entre la vida y la muerte.

Vida y muerte. El dibujo se va definiendo atravesando los contrarios y uniéndolos. El dibujo manifiesta lo primero y lo último de la presencia material de las cosas. Es lo invisible que muestra a lo visible y lo hace aparecer y es la luz que se esconde para que se manifieste la sombra; es la línea, mediadora entre el puro peso oscuro, ese secreto vibrante de la vida, y la luz de que todo cuerpo es el destello. Es la matemática de los más intrincados laberintos, el correr de la sangre entre la luz y la sombra. El dibujo, trazo indeleble, ha necesitado también de la sangre; nada logra hacerse indeleble sin ella.

Mediador entre contrarios, el dibujo es como todo lo que define, indefinible; inasible como la inteligencia. La línea es la inteligencia pura en los cuerpos, en las cosas, y como hijo directo de ella, realiza la hazaña de hacer visible lo invisible. Y así, el dibujo participa del Noli me tangere de la inteligencia. Es intangible, regalo sólo de la visión. La escultura y aun la pintura son trasuntos de los cuerpos. En ellas existe el peso de los cuerpos, las relaciones de la materia, su modo de existir. Y esa llamada que hace todo cuerpo viviente, esa invitación a ser tocado.

El dibujo nos presenta un género de presencia impalpable; el hueco de un cuerpo viviente; la imagen tiende a imprimirse en la oquedad, única forma que tienen los cuerpos de eternizarse, fijándose por su ausencia, mientras que el fantasma que nos da la pintura está todavía sometido al tiempo y amenazado de gastarse por él. Más aquello que mira desde su vacío no dejará de mirar ya nunca. El dibujo es la soledad de la imagen vaciada ya de carne, de cuerpo y hasta de tiempo; es la libertad suprema de la imagen a salvo ya de toda contingencia. La compacencia íntima que sentimos –rara y única- ante un dibujo de Leonardo o de Picasso es que muestran objetivamente algo idéntico a lo que en nuestro interior sucede, a esas imágenes en que se resuelve la pasión cuando ha sido consumida, lo contrario, diríamos, de la obsesión. Los mejores retratos pictóricos –ejemplo: Velázquez- tienen siempre algo o mucho de parecidos; fantasmas que reiteran su presencia en cada instante, que han de luchar con el tiempo que las gastaría; y de ahí, esa magia persistente en la pintura. Fantasmas que vencen a la muerte, que luchas con ella en cada instante; agonizantes como en Tiziano, como en El Greco. Un retrato dibujado es más bien otra cosa; el alma ha gastado y consumido del fantasma todo lo que el tiempo podía devorar; es la imagen que la vida ha logrado imprimir en la muerte.
Y quizá de ese íntimo comercio con la muerte proceda el íntimo parentesco habido entre dibujos y ciertos momentos de la escultura; ese parentesco íntimo entre el dibujo y la escultura egipcia y la griega arcaica; el que el dibujo cuanto más se acerca a su perfección, más se aleja de la pintura. Libre del color, la línea crea en la libertad de la muerte y nos da la oquedad, el vacío de los cuerpos y las cifras de su consumida pasión. Nada más cercano a la emoción que nos produce el dibujo que el hieratismo de la escultura egipcia y ese milagro que es la arcaica griega; las dos imponen a su alrededor su espacio vacío equivalente al blanco del papel; un espacio que aísla y que impone el Noli me tangere de la inteligencia, de la muerte y del no-ser, signo de que se ha cumplido la liberación de las pasiones de que es portadora todo cuerpo, transustanciada ya en luz y número, al par.

Pues vivir es consumir hasta llevarlas a la libertad de su muerte, las pasiones. Las pasiones que corren hacia su muerte en busca de esa paz suprema que queda fijada en algo como una cifra… Y así, los grandes artistas plásticos que ha fijado pasiones han sido por encima de todo geniales dibujantes: Vinci, Miguel Angel, Goya, Picasso, pintores de pasiones, aunque en diverso sentido llegaron a hacer del dibujo su instrumento musical.

Y la pasión central de la vida es el amor; el gran río que las recoge a todas para llevarlas hacia la muerte a que aspiran. Sólo el amor puede adentrarse en la muerte; las demás pasiones son ciegas o ven de través; se detienen imantadas o se precipitan. Sólo el amor alcanza a tener visión; sólo el amor puede desprenderse de todo; sólo él puede contender con al esperanza y la desesperación venciéndolas. El amor anticipa la muerte y hace a la vida de quien lo vive morir mil muertes y lograr así, obedeciendo, la libertad.

Amor y muerte, amor atravesando al par la vida y la muerte en el logro de su libertad han sido apresados en una forma quizá inédita en estos dibujos de Picasso, y el que suceda así despierta en el ánimo del espectador una cierta cuestión, pues el arte de Picasso es el documento más fiel de nuestra época y como a ella, se le acusa de carecer de alma. Y he aquí que nos ofrece captado de modo único ese suceso central de la vida del alma: el amor que corre hacia la muerte.

Y aún ahí, en este tema entre todos clásico, Picasso nos hace entrever algo contrario a lo que estábamos habituados a pensar: que el amor sea múltiple y que la muerte una. Más bien, nos sugiere que el amor sea uno y la muerte, múltiple. Pues su muerte, no el término de la vida, sino ese país, ese desierto, ese elemento, del cual teníamos un cierto símbolo, en el blanco inigualable de un pintor también español: Zurbarán. La muerte que puede tener mil caras, que puede modularse infinitamente porque no es límite, sino elemento de la creación.

Amor que corre hacia la muerte sin dejar gusto de cenizas, pues habiéndose consumido en fuego deja un rastro indeleble en ese blanco del papel que en los dibujantes geniales adquiere el valor que lo ha absorbido todo; el país, lecho donde nace y se anega toda la vida. Blanco, muerte que al reabsorber en sí a lo viviente deja un signo trazado por la pasión; la ha permitido que se imprima sobre ella y aun la module y le preste temperatura; lo más contrario a la muerte. Es ésa la muerte fijada por Picasso en esa nariz de una bestia y la escultura del cráneo del toro y que extiende como horizonte infinito en esa serie de idilios entre el hombre dormido y la mujer en vela… y es también la muerte que se desliza por entre un maniquí.
La muerte, es sin duda, lo que da la categoría más alta a todo arte y no hay arte en ella. Mas existen diversas maneras de que la muerte colabore en una obra de arte; las más de las veces se esconde y hasta se burla porque ha logrado entrar sin ser notada, allí en lo más vital, en las bacanales de la vida, en las orgías y más aún en la solemnidad, donde está como espectadora indiferente: conciencia íntima de toda pompa y encumbramiento. Está también como esqueleto, forma matemática que sostiene y conforma. Y ha sido también retratada. Permitió a Vinci tomar su huella, que estampara su máscara. Pues la pintura tiene siempre algo de paño de la Verónica que se queda con la efigie de lo que ama en el momento en que sufre su mayor tortura; antes de morir o muriendo; del cuerpo que aún contiene al espíritu que va a rendirse. Es lo que la pintura de retrato tiene de precursora de la imprenta. El rostro de Cristo de la Cena de Vinci y aún más el esbozo que guarda Turín son paños de la Verónica en que por emanación directa del objeto ha quedado fijada de modo indeleble la huella de su pasión en el instante en que se está consumando. En ese instante terrible del consummatum est del amor que se sabe arrojado a al muerte y el desfallecimiento en el vicio de la esperanza, teme, y en lugar de aniquilarse se arroja en una especie de suicidio que vence a la nada. Ese instante en que la comunión es posible, pues no puede haber comunión sólo en la vida. El amor lo logra en su entrega suprema volcándose sobre la muerte, colmando su vacío. Instante máximo del amor y, al par, del arte, de la pintura que Vinci alcanzó en esa escena en que el amor divino, venciendo a la muerte, hace cierta la comunión.
Humano, enteramente humano, el arte de Picasso que rehúye lo divino, se adentra en la muerte, colabora con ella en forma bien distinta que Vinci. Esta muerte no es la rendición del espíritu, sino una tragedia resuelta. Es la pasión persecutoria –secreto último de su arte, el Daimon que lo espolea- que, al fin, se entrega; consunción de la pasión en ternura. Vigilia que se deshace en sueño; idilio entre la conciencia y la fuente secreta de la vida. Quietud del fauno que aplacado en su furia –erótica manía persecutoria- se aduerme al fin, en una especie de meditación en blanco, vigilado por esa mujer; su presa capturada, hecha ya amiga, convertida en su propia alma. Paz; no rendición del espíritu, sino de la furia que persigue el alma. El consummatum est del fauno, en cuanto en el amor hay de "eros" demoniaco. La serie de los idilios añade a la historia de las luchas del amor con la muerte algo precioso: el aplacamiento del demonio del amor, el apaciguamiento de la furia erótica que ha encontrado el alma que buscaba. El desenlace del rapto de Proserpina que ha salvado a Plutón de sus infiernos. La dulzura de la mujer que no volverá a ser violada.

Y ese delirio de amor, esa furia demoniaca es la que ha obligado al arte de Picasso a recorrer ese largo camino múltiple de modo infatigable. Espoleado por el demonio de la vida, por esa divinidad oscura que no se conforma con devorar y ser devorado y quiere ver y darse a ver, entrar también por los ojos. Eros que es furia de ver, de poseer con la mirada y por eso crea formas y las destruye. El "eros" destructor por avidez; la furia que devora el propio objeto que persigue.

Es la marca hispánica, el sello profundamente español de la pintura de Picasso: la autofagia, mal sagrado de España. Pues de lo español quedará sólo lo que se salve de la autofagia, de esa capacidad inigualable de destrucción que lo español lleva consigo y por lo cual España estará más acá y más allá de la historia y raramente en ella. La autofagia que todo lo reduce a polvo. El polvo, un elemento incorporado, como la muerte, a la creación por España. Pues quizá la genialidad específica del arte español sea transformar todo lo que toda en elemento.

Y la autofagia hunde sus raíces en el mismo amor; amor que se devora a sí mismo, que se destruye ante su objeto y que destruye a su objeto hasta reducirlo a polvo. Picasso ha reducido cuanto es posible la pintura a polvo. Fue Quevedo quien en el paroxismo de la pasión dijo: "Polvo seré, mas polvo enamorado", un epitafio que podría servir igualmente para el propio Picasso, porque todo su arte es el resultado último de la furia erótica que se hunde en su propio objeto para averiguar sus entrañas. Picasso ha puesto al aire las entrañas de la pintura.
Mas en sus dibujos la autofagia ha sido aplacada y resuelta la tragedia del erotismo, de lo que es símbolo la serie de los idilios entre el fauno dormido y la mujer en vela; consummatum est del fauno que ha ganado al fin su alma.
Y alma es calma, expresada aquí por la continuidad de la línea, su quieto movimiento. Si lo más representativo de la pintura picassiana es esa instantaneidad de sus cuadros, esa especie de descarga eléctrica que producen en quien los mira, aquí la línea ha alcanzado la quietud en el movimiento. Ha quedado fijado en línea, el trazo –fuego, sangre- de la pasión, el polvo enamorándose ha integrado en alma; espejo que ofrece la imagen en él contenida. Alma es la luz que logra dibujar lo que lleva dentro de sí misma; hacer visibles sus propias entrañas. Las entrañas que han creado su propio medio. Alma es imagen y medio que la manifiesta, a la par. Y esto, el dibujo, parece ser el arte que mejor lo logra, si se exceptúa ese enigma de claridad que es la escultura arcaica griega.
De ahí que el dibujo, en su máxima expresión, sea casi equivalente a la música. "La música es la aritmética inconsciente de los números del alma" parece ser la definición más clara de arte tan inasible y bien podría definir también el arte del dibujo, de estos dibujos. Aritmética, álgebra de los números del alma; cifra, jeroglífico del alma que deja apresar en su movimiento. Paloma fijada en su vuelo.
Quieta la línea alcanza esa continuidad que se echa de menos en la pasión vivida. La tortura suprema de quien vive una pasión, un amor, es no poder verlo en su paso de instante, hasta formar un trazo, sino verlo en instantes únicos que se eternizan para encontrarse, de repente, con que se han desvanecido. El amor que se vive hace pasar del éxtasis a la inanidad. La completa revelación del alma, es, sería la continuidad del éxtasis.
Pero la sola continuidad asequible del éxtasis es la ternura. El amor desprendido de la pasión, liberado de su tiranía. La fidelidad del sueño; dulzura profunda, secreta, que no precisa de definición. Sueño de la vida no despertada por ningún sobresalto.

Es la antigua ternura, más vieja que el amor; la fidelidad de las entrañas aquietada que nuestra concepción moderna del amor-pasión ha olvidado. Picasso, con su memoria ancestral, lo ha traído ante nuestros ojos, ha desenterrado a un antiquísimo dios o diosa; una divinidad del amor no cristalizado en una definición, pues no ha tenido que dar cuentas, ni justificarse; puro, libre. Y así más que amor, puede llamarse ternura. La ternura, fiel por naturaleza, que no combate; la paz de las entrañas. La paloma que se desangraba en su vuelo ha encontrado la libertad.

Tomado de ALGUNOS LUGARES DE LA PINTURA-M.ZAMBRANO-edit.Acanto, 1991

Iva Zanicchi - La riva bianca, la riva nera



La Última Cena-S.DALÍ

En 1955, Salvador Dalí (1904-1989) pinta un tema clásico, la Última Cena de Jesucristo con sus Apóstoles (óleo sobre lienzo,167 x 268 cm. National Gallery of Art - Washington), y lo hace colocando la escena en el interior de un dodecaedro. El dodecaedro era el símbolo platónico del Universo, ya que en él se pueden inscribir los otros cuatro poliedros regulares que, decían los Pitagóricos, corresponden a los cuatro elementos (aire, agua, tierra y fuego). Doce son las caras pentagonales del dodecaedro y doce fueron los Apóstoles. Las proporciones que rigen esta composición se rigen por el número de oro, presente a su vez varias veces en los pentágonos regulares.


Proporción aúrea

jueves, 25 de octubre de 2007

- NE ME QUITTE PAS ( NINA SIMONE ) & Les Amants du Pont-Neuf




Ne me quitte pas-JACQUES BREL


YouTube - Gonzalo Rojas lee poema de Vicente Huidobro


Paz sobre la constelación cantante de las aguas
Entrechocadas como los hombros de la multitud
Paz en el mar a las olas de buena voluntad
Paz sobre la lápida de los naufragios
Paz sobre los tambores del orgullo y las pupilas tenebrosas
Y si yo soy el traductor de las olas
Paz también sobre mí.

He aquí el molde lleno de trizaduras del destino
El molde de la venganza
Con sus frases iracundas despegándose de los labios
He aquí el molde lleno de gracia
Cuando eres dulce y estás allí hipnotizado por las estrellas

He aquí la muerte inagotable desde el principio del mundo
Porque un día nadie se paseará por el tiempo
Nadie a lo largo del tiempo empedrado de planetas difuntos

Este es el mar
El mar con sus olas propias
Con sus propios sentidos
El mar tratando de romper sus cadenas
Queriendo imitar la eternidad
Queriendo ser pulmón o neblina de pájaros en pena
O el jardín de los astros que pesan en el cielo
Sobre las tinieblas que arrastramos
O que acaso nos arrastran
Cuando vuelan de repente todas las palomas de la luna
Y se hace más oscuro que las encrucijadas de la muerte

El mar entra en la carroza de la noche
Y se aleja hacia el misterio de sus parajes profundos
Se oye apenas el ruido de las ruedas
Y el ala de los astros que penan en el cielo
Este es el mar
Saludando allá lejos la eternidad
Saludando a los astros olvidados
Y a las estrellas conocidas.

Este es el mar que se despierta como el llanto de un niño
El mar abriendo los ojos y buscando el sol con sus pequeñas
manos temblorosas
El mar empujando las olas
Sus olas que barajan los destinos

Levántate y saluda el amor de los hombres

Escucha nuestras risas y también nuestro llanto
Escucha los pasos de millones de esclavos
Escucha la protesta interminable
De esa angustia que se llama hombre
Escucha el dolor milenario de los pechos de carne
Y la esperanza que renace de sus propias cenizas cada día.

También nosotros te escuchamos
Rumiando tantos astros atrapados en tus redes
Rumiando eternamente los siglos naufragados
También nosotros te escuchamos

Cuando te revuelcas en tu lecho de dolor
Cuando tus gladiadores se baten entre sí

Cuando tu cólera hace estallar los meridianos
O bien cuando te agitas como un gran mercado en fiesta
O bien cuando maldices a los hombres
O te haces el dormido
Tembloroso en tu gran telaraña esperando la presa.

Lloras sin saber por qué lloras
Y nosotros lloramos creyendo saber por qué lloramos
Sufres sufres como sufren los hombres
Que oiga rechinar tus dientes en la noche
Y te revuelques en tu lecho
Que el insomnio no te deje calmar tus sufrimientos
Que los niños apedreen tus ventanas
Que te arranquen el pelo
Tose tose revienta en sangre tus pulmones
Que tus resortes enmohezcan
Y te veas pisoteado como césped de tumba

Pero soy vagabundo y tengo miedo que me oigas
Tengo miedo de tus venganzas
Olvida mis maldiciones y cantemos juntos esta noche
Hazte hombre te digo como yo a veces me hago mar
Olvida los presagios funestos
Olvida la explosión de mis praderas
Yo te tiendo las manos como flores
Hagamos las paces te digo
Tú eres el más poderoso
Que yo estreche tus manos en las mías
Y sea la paz entre nosotros

Junto a mi corazón te siento
Cuando oigo el gemir de tus violines
Cuando estás ahí tendido como el llanto de un niño
Cuando estás pensativo frente al cielo
Cuando estás dolorido en tus almohadas
Cuando te siento llorar detrás de mi ventana
Cuando lloramos sin razón como tú lloras

He aquí el mar
El mar donde viene a estrellarse el olor de las ciudades
Con su regazo lleno de barcas y peces y otras cosas alegres
Esas barcas que pescan a la orilla del cielo
Esos peces que escuchan cada rayo de luz
Esas algas con sueños seculares
Y esa ola que canta mejor que las otras

He aquí el mar
El mar que se estira y se aferra a sus orillas
El mar que envuelve las estrellas en sus olas
El mar con su piel martirizada
Y los sobresaltos de sus venas
Con sus días de paz y sus noches de histeria

Y al otro lado qué hay al otro lado
Qué escondes mar al otro lado
El comienzo de la vida largo como una serpiente
O el comienzo de la muerte más honda que tú mismo
Y más alta que todos los montes
Qué hay al otro lado
La milenaria voluntad de hacer una forma y un ritmo
O el torbellino eterno de pétalos tronchados

He ahí el mar
El mar abierto de par en par
He ahí el mar quebrado de repente
Para que el ojo vea el comienzo del mundo
He ahí el mar
De una ola a la otra hay el tiempo de la vida
De sus olas a mis ojos hay la distancia de la muerte

- Viva la vida Frida Kahlo


Chavela Vargas - La llorona


miércoles, 24 de octubre de 2007

Víctor HUGO-La belleza y la muerte



La belleza y la muerte


" La belleza y la muerte son dos cosas profundas,
con tal parte de sombra y de azul que diríanse
dos hermanas terribles a la par que fecundas,
con el mismo secreto, con idéntico enigma.

Oh, mujeres, oh voces, oh miradas, cabellos,
trenzas rubias, brillad, yo me muero, tened
luz, amor, sed las perlas que el mar mezcla a sus aguas,
aves hechas de luz en los bosques sombríos.

Más cercanos, Judith, están nuestros destinos
de lo que se supone al ver nuestros dos rostros;
el abismo divino aparece en tus ojos,

y yo siento la sima estrellada en el alma;
mas del cielo los dos sé que estamos muy cerca,
tú porque eres hermosa, yo porque soy muy viejo. "


Victor Hugo
(Francia, 1802-1885)

Este soneto fue escrito por V.Hugo en 1871, y tiene ecos del conocido poema de Baudelaire, Las dos buenas hermanas


LAS DOS BUENAS HERMANAS

Libertinaje y Muerte, son dos buenas muchachas,
Pródigas de sus besos y ricas en salud
Cuyo virginal flanco, que los harapos cubren,
Bajo la eterna siembra jamás fructificó.

Al poeta siniestro, tara de las familias,
Valido del infierno, cortesano sin paga,
Entre sus recovecos, muestran tumba y burdel,
Un lecho que jamás la inquietud frecuentó

Y la caja y la alcoba, en fecundas blasfemias,
Por turno nos ofrecen, como buenas hermanas,
Placeres espantosos y dulzuras horrendas.

Licencia inmunda ¿cuándo por fin me enterrarás?
¿Cuándo llegarás, Muerte, su émula fascinante,
A injertar tus cipreses en sus mirtos infectos?



lunes, 22 de octubre de 2007

Presunta-

Presunta

y de confín ataviada

arrastro lo que no puedo dejar:

son mis murallas.


Hirsuta

con un esquivo frenesí

de reconquista

ensarto restaurados

vicarios vicios

como virtud

en vivo ábaco.


Todo el estiércol tengo

Y aún no lo tengo todo.

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De Esfacelos (C.Blázquez)



Área de personas perdidas-Foto: Erwitt

22 de octubre de 1913 - Diarios de F. KAKFA



Demasiado tarde. La dulzura de la melancolía y del amor. Que, en el bote, ella me dirigiera su sonrisa. Esto fue lo más hermoso de todo. Sólo el deseo de morir y el hecho de seguir resistiendo todavía, sólo eso es amor.

Observación de ayer. La situación más adecuada para mí: escuchar una conversación entre dos personas que hablan de un asunto que les afecta muy de cerca, en tanto que a mí me concierne de una manera muy remota, que además es completamente ajena a mis propios intereses.

SOL Y MOSCAS: EL TEATRO DE LA CRUELDAD



YouTube - Lichtgestalt





Lichtgestalt (Criatura de luz)Letra de Lacrimosa

Soy la respiración de tu piel
Soy el terciopelo alrededor de tu cuerpo
Soy el beso en tu cuello
Y soy el brillo de tus pestañas

Soy la plenitud de tu pelo
Soy el contorno de tus ojos
Soy la huella de tus dedos
Soy la sangre en tus venas
Y día a día fluyo a través de tu corazón !

No importa que rápido corras
Y que tan lejos llegues
Me llevas contigo
En cualquier parte donde vayas
Cualquier cosa que hagas
Soy una parte de ti !
En cualquier parte donde vayas
Cualquier cosa que hagas
Soy una parte de ti !

Soy el sueño no vivido
Soy el deseo que te persigue
Soy el dolor entre tus piernas
Soy el grito en tu cabeza

Soy el silencio – el miedo en tu alma
Soy la mentira – la pérdida de tu dignidad
Soy el desmayo – la ira en tu cabeza
Soy el vacío – en el que un día te convertirás
No importa que rápido corras
Y que tan lejos llegues
Me llevas contigo
En cualquier parte donde vayas
Cualquier cosa que hagas
Soy una parte de ti !

En cualquier parte donde vayas
Cualquier cosa que hagas
Soy una parte de ti !

Criatura de luz – en cuya sombra doy la vuelta !

Caótica-C.Blázquez

Al forastero Harry Haller

Se incorpora la intemperie
a los acosos del orden.
Así, lobo estepario
gozabas con rellanos
de escaleras pulquérrimas
Incapaz de asumirlos
arrojándolos de ti
Abrigos que encogió la lluvia.
No sirven.

¡Parece tan sencillo vivir¡
Dar por supuesto lo que se desea

Mereces las grietas de tus manos
por acariciar la piel de tiburones.
Allí horadas. Allí que duele.

Rubor de la tibieza de la fiebre
que amapola lo tenue:
la intemperie
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C.Blázquez (de Esfacelos)

domingo, 21 de octubre de 2007

Fragmentos de Viejo instante - ISAÍAS GARDE




2

El flashback es profundo es agobiante
es breve
el momento que fuiste
que seguiste siendo
después de todo
la voz
en esta noche del espejo
desfigurada

3

en la descarga del viejo instante
viste a la ciega respirar el ocaso asfixiado de plaza Alberti
fantasma en tu lugar
y demonio
cansado
que fuma



Saskia era Lorreine




Lorreine--Foto de Sam Stone





SASKIA

Y aún así, vieja, sonrosean tus mejillas

como en sanguina suave de un retrato de Rembrandt

Todo nombre se esfuma de tu anónimo rostro:

Saskia te llamaré.

Sólo quieres oír a las mareas

Miras a la derecha y a la izquierda

Nunca hacia mí

Sabes que te miro

y que me miro en ti.

En tus ojos azules aún progresa el desierto

donde busco tus naves

donde yo frente a ti

hago mías tus naves.

Conozco dónde está la semilla que me acecha

Mas aún no ha llegado la hora de los Gérmenes.


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C.Blázquez (de Esfacelos)




viernes, 19 de octubre de 2007

Parque de versiones-Patricia Damiano



Uno


que hubo el olor del sueño doble y uno
supo el ascua
la hebra
la copa alta

-hoy sólo una-
las trizas
el perjurio

el olor a distintas aguas
y a burla acerada, se dijo ella

una piedra se alzó
donde la luna destila su rojo centro

de no parir, partir, parto, sublime insidia

la mujer mira hacia la avenida
-sobre la mesa del bar se ha posado la nube exacta-

en un patio cercano
los niños de la crueldad
instan a la fuga

la huella
cosida al olor de otro
a su pelo
limpio

la pared liquida la madrugada
y todo va de nuevo
calesita barranco
vira, gira y vira, gira, vomita el olor desconocido
de nuevo va
y otra vez y otra
la sortija

la dueña del polen
tras el sueño ido


Dos

todo sucede y no
en ellos sin nosotros
olor extraño si el monosílabo, vos, es el gesto previsto
el replicante, los de hoy

ya nunca hembra,
cisma
cuarto idiota, biblioteca

cada estatua, una naranja, el río, gesticulan
el secreto de las piedras

su ceremonia, el dicterio

horizontal o en pie
mujer es la antigua virgen de Sion y Lilith
el untuoso señorío


Tres

la feria devora

luego,
el solar para el sacrificio

ahora
el dominó se jacta en el baño
del suelo geométrico

las algas desisten
y un lápiz árabe ha quedado sin ojos


jueves, 18 de octubre de 2007

19 de octubre de 1921-Diarios de F.KAFKA




YouTube - Jose Tomas a camara lenta


19 de octubre de 1921-Diarios de F.KAFKA

La esencia de la peregrinación por el desierto. Un hombre que hace peregrinación como dirigente popular de su propio organismo, con un resto (no es posible imaginar más) de conciencia de lo que va a ocurrir. Ha tenido durante toda su vida el presentimiento de la Tierra de Canaán; pero es increíble que pueda ver esta tierra anes de su muerte. Esta última visión sólo puede tener el sentido de ilustrar hasta qué punto la vida humana es como un momento incompleto, incompleto porque este tipo de vida podría durar indefinidiamente sin que de ello resultara otra cosa que un momento. Moisés no llegó a Canaán, no porque su vida fuese demasiado corta, sino porque era una vida humana. Este final de los cinco libros de Moisés se asemeja a la escena final de L`education sentimentale.

El que no sabe qué hacer con su vida mientras vive necesita una de sus manos para desviar un poco la desesperación por su destino -esto ocurre de un modo muy imperfecto-, pero con la otra mano puede tomar nota de lo que ve por debajo de las ruinas, porque ve cosas diferentes y en más abundancia que los otros; es sin duda, un muerto en vida, y a la vez el único superviviente, lo cual no presupone que no necesite las dos manos, y más, si las tuviera, para luchar contra la desesperación.


YouTube - Deseando amar de Wong Kar-wai



In the moods of love

YouTube - Leonard Cohen - "Take This Waltz" - New York, 1988



miércoles, 17 de octubre de 2007

YouTube - Where The Wild Roses Grow


18 de octubre de 1921-Diarios de F.KAFKA


Eterna infancia. De nuevo una llamada de la vida. Se puede imaginar perfectamente que la grandeza de la vida está al alcance de cualquiera y siempre en su plenitud, pero encubierta, sumergida,invisible, muy lejana. Sin embargo está ahí y no es hostil, ni produce aversión, ni es sorda. Si la llamamos con la palabra exacta, con su justo nombre, viene a nosotros. He ahí la esencia del encanto que no crea, sino que llama.


18 de octubre de 1916-Diarios de F.KAFKA


De una carta*:
Para mí no es tan sencillo aceptar lo que dices sobre tu madre, tus padres, las flores, el Año Nuevo y las comidas familiares. Dices que, para ti, "tampoco sería un placer muy grande estar sentado a la mesa en tu casa con toda tu familia". Naturalmente, así no haces más que expresar tu opinión de un modo muy justo, sin considerar si a mi va a gustarme o no. Pues bien, no me gusta. Pero seguro que aún megustaría menos si hubieses escrito lo contrario. Te ruego que me digas con la mayor claridad posible en qué consiste para ti esta aversión y qué motivos tienes para ella. En lo que a mi respecta, hemos hablado ya a menudo del asunto, pero resulta difícil comprender, aunque sea un pco, lo que hay de cierto en ello.
Dciéndolo con frases hechas -y por tanto con una dureza que no corresponde totalmetne a la verdad-, puedo definir así mi posición: Yo, que casi nunca he sido independiente, tengo un deseo infinito de autonomía, de independencia, de libertad en todos los aspectos. Prefiero llevar los ojos vendados y seguir mi camino hasta el final, que ver la noria familiar girando a mi alrededor e impidiéndome la visión. De ahí que cada palabra dirigida a mis padres o que ellos me dirigen a mí, se convierta tan fácilmente en una barrera que se interpone en mi camino. Toda relación que no establezco o conquisto por mi mismo, incluso contra alguna parte de mi Yo, carece de valor, la odio o estoy a un paso de odiarla. El camino es largo, las fuerzas, pocas; hay motivos suficientes para semejante odio. Pero yo provengo de mis padres. Estoy unido a ellos y a mis hermanas por vínculos de sangre. No lo siento así en la vida diaria ni en mis proyectos concretos, a causa de su necesaria extravagancia, pero en el fondo lo respeto ma´s de lo que creo. Algunas veces lo persigo también con mi oido; la visión del lecho matrimonial en mi casa, la ropa blanca usada,las camisas cuidadosamente dobladas pueden excitarme hasta el vómito, pueden volver hacia afuera lo que hay dentro de mí. Es como si no me hubiesen parido del todo, como si continuamente viniese al mundo desde esa vida sofocante, hasta esta sofocante habitación, como sis siempre tuviese que buscar ahí una confirmación, como si estuviese unido indisolublemente, al menos en parte, a esas cosas repugnantes; al menos se atan a mis pies, que quieren correr y quedan trabados en la primitiva masa informe. Esto es o que ocurre a veces.
Sin embargo, otras veces vuelvo a saber que mis padres son componentes imprescindibles de mi propia personalidad, que siempre me proporcionan nuevas fuerzas, porque me peretenecen, no sólo coo obstáclo, sino también como algo esencial. Entonces quiero poseerlos como se posee lo mejor. Lo cierto es que, desde siempre, a pesar de toda maldad, desconsideración, egoísmo, desamor, he temblado ante ellos y sigo haciéndolo aún hoy, porque uno no puede dejar de hacerlo, y aunque ellos, mi padre por una parte y mi madre por la otra,han destruido casi sin remedio mi voluntad, a pesar de todo quiero ser digno de ellos. Ambos me han engañado, y sin embargo no puedo rebelarme contra la ley natural sin volverme loco; por consiguiente: otra vez el odio ynada más que el odio (en estos momentos, Ottla me parece una madre como yo la quisiera de lejos; pura, veraz, sincera, consecuente. La humildad y el orgullo, la receptividad yal distanciación, la entrega a los demás y la propia autonomía, el temor y el coraje, en un equilibrio inequívoco. Menciono a Ottla porque sin duda también en ella está mi madre, aunque comnpletamente irreconocible). Quiero, por tanto, creerlos dignos de ello.
Tú me perteneces, te he tomado conmigo; no creo que en ninguna leyenda se haya luchado m´s ni de un modo más desesperado por una mujer de lo que yo he luchado por ti en mi interior; desde elprincipio, y sin descanso, y tal vez para siempre; así que me perteneces; de ahí que mi relación con tus parientes sea semejante a mi relación con los míos, si bien, como es lógico, incomparablemente menos intensa en lo bueno y en lo malo. Representan un vínculo que me paraliza (es algo que me paralizaría aunque nunca tuviese que hablar con ellos una palabra), y no son dignos de ello en el sentido antes citado. Hablo contigo tan francamente como conmigo, no vayas a tomarlo a mal ni a ver en ello un sentimiento de orgullo; este orgullo, al menos no existe donde tú lo buscarías.
Sí ahora estás aquí y te sientas a la mesa con mis padres, aumenta naturalmetne sobremanera todo o que en mis padres hay de hostil hacia mí. Mi contacto con el resto dela familia les parece mayor (pero no lo es ni debe serlo); les parezco una parte de la cadena, uno de cuyos eslabones es la habitación matrimonial de al lado (pero yo no estoy en la cadena); contra mi resistencia, creen haber encontrado en ti una comnplicidad (pero no la han encontrado), y sus aspectos feos y despreciables aumentan, porque a mis ojos deberían ser mejores.
Si esto es así, ¿por qué no me alegra entonces tu observación? Porque literalmente me encuentro situado frente a mi familia y no hago más que blandir cuchillos a mi alrededor para herir y defender al mismo tiempo e incesantemente a la familia; déjame entonces que te represente en todo este aspcecto, sin que tú me defiendas en este mismo sentido ante tu familia. ¿No será para ti demasiado grande este sacrificio, amada mía? Será enorme y sólo te aliviará el hecho de que , si tú no puedes, yo puedo evitártelo gracias a mi naturaleza. Pero si puedes hacerlo, habrás hecho mucho por mí. Intencionadamente, voy a pasarme uno o dos días sin escribirte para que puedas pensarlo y contestarme sin mi intervención. Tanta confianza tengo en ti, que bastará como respuesta una sola palabra.

* Carta a F


los ojos a salvo-C.Blázquez



Salió del bosque por donde había entrado.
Sus ojos a salvo, enterrados por él, en el bosque.
Salió por donde hubo entrado.
Pensó volver; sabía que eso pensaría
apenas abandonara el bosque.
Pudo volver, mas no volvió a por los ojos.
Sin mirar atrás entró para no mirar atrás.
No volvió a por sus ojos.

Se alejó del bosque y llegó a la casa.
Abrazó cada libro uno por uno
Se abrazó a la silla y a la mesa
Estrechó la almohada contra su pecho
y acercó una brújula a su boca
entonó cánticos.

Al otro lado del mundo
comenzó a librarse
la más antigua batalla.
:::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::
C.Blázquez ( de Líticas autointuiciones)

martes, 16 de octubre de 2007

17 de octubre de 1921 - Diarios de K.KAFKA



Foto: Helen Levitt


Tras los hechos de que no he aprendido nada útil y de que también físicamente (todo va junto) me he dejado decaer, puede existir una intencionalidad. No quería que nada me distrajera, no quería ser distraído por la alegría de vivir de un hombre útil y sano, ¡como si la enfermedad y la desesperación no le distrajeran a uno, al menos tanto como la alegría de vivir!

Podría redondear estas ideas de un modo diferente y darle un giro a mi favor, pero no me atrevo a hacerlo y no creo -por lo menos hoy y tampoco la mayor parte de los días- en ninguna solución favorable para mí.

No envidio a un matrimonio concreto, envidio a todas las parejas matrimoniales, y aunque sólo envidie a una sola pareja, envidio propiamente toda la felicidad matrimonial en su infinidad de formas; pero yo, aun en el más favorable de los casos, me deseperaría en la felicidad de un matrimonio ideal.

No creo que haya gente cuya situación interna sea semejante a la mía; sin duda puedo imaginarme gente así, pero no puedo imaginar ni remotamente que, en torno a sus cabezas, vuele constantemente este cuervo misterioso que vuela en torno a la mía.

La destrucción sistemática de mí mismo en el curso de los años es asombrosa; ha sido como la lenta fractura de un dique, una acción premeditada. El espíritu que la ha provocado debe de esar ahora celebrando su victoria; ¿por qué no me permite compartirla? Aunque también es posible que no haya llevado a cabo lo que tiene premeditado y que, por esta razón, no pueda pensar en otra cosa.